Time Out México. Por Perla Velázquez Publicado el 21 octubre 2020
Para ella, su trabajo tiene que ver con la divulgación de los derechos humanos, de problemáticas sociales. Actualmente trabaja en un estudio de ilustración, junto con Alfonso Flores; ambos coincidieron en trabajar proyectos para la sociedad civil, entre ellos el feminismo y la ecología. “Nos interesa mucho la incidencia política que tiene el diseño y sabemos que tenemos que ser siempre comprometidos con lo que digamos”.
Eréndira Derbez participa en la serie de murales sobre el cáncer de mama, Graffitits, que en Time Out México coordinamos en la CDMX para hablar del cáncer de mama y la importancia de autoexplorarte. Su arte fue además la portada de nuestra revista del mes de octubre.
Foto: Alejandra Carbajal. Jardín Juárez: Chapultepec 61, Centro.
Foto: Alejandra Carbajal
Recientemente publicaste el libro No son micro. Machismos cotidianos, ¿qué hay de ese salto de las redes sociales a lo impreso para comunicar el mensaje?
Antes de este libro, ya había trabajado en otros proyectos editoriales. No fue un salto tan drástico. Invité a Claudia de la Garza a escribirlo conmigo, porque a mí me gusta mucho el trabajo colaborativo, creo que las cosas salen mucho mejor cuando son varias cabezas y corazones.
El libro es una caja herramientas, no es totalmente divulgación. Existe un interés legítimo y creo que tiene mucha capacidad de transformación, a través del texto y la gráfica. A mí me hubiera gustado leerlo de chiquita, para prevenirme de muchas violencias.
El libro retrata la violencia contra la mujer que hemos normalizado a lo largo de los años, ¿por qué llamarlo caja de herramientas?
Claudia de la Garza fue la primera en llamarlo así. Nos referimos a que es un texto que nos dota de posibilidades de actuar, de herramientas teóricas, para tener la capacidad de imaginarnos otra forma de vivir.
Definitivamente, no puedo viajar al pasado y transformar las cosas que he vivido, las violencias por las que he pasado, pero sí puedo decir que puedo prevenir otras violencias. He escuchado a madres y señoras grandes, incluso abuelas, diciendo que el libro les resonó muchísimo y que incluso les está transformando la vida, porque les ha ayudado a darse cuenta que las cosas que estaban viviendo eran violencia, o son violencias. Para mí, ya con eso me siento totalmente feliz.
¿Cómo te sientes de haber trabajado un mural sobre el cáncer de mama?
Es una imagen que hice cuando estaba en una crisis post temblor, en 2017. Me puse a dibujar mi cuerpo en muchas formas. Me paré frente al espejo y lo dibujé, pero transformándolo, algunas partes más grandes, la idea era jugar con mi propia forma. A mí el tema del cáncer me interesa como a cualquier otra persona con mamas, entonces me gusta mucho que sea una autorepresentación.
Además, los puestos de revistas siempre están llenos de cuerpos de mujeres, quienes están representadas para la mirada masculina, como objetos de consumo. Al momento que Time Out México la escogió como portada de la revista, me gusta pensar que un torso desnudo se represente a sí mismo, para nosotras, porque es nuestra propia mirada, nuestra salud.
¿Cómo piensas a la ilustración?
Creo que tiene mucho que ver con la divulgación y la potencia que tiene. He estado con un pie siempre en la academia, dando clases o estudiando, hago mucha investigación con arte, política y cine. Por eso, la divulgación de las ciencias sociales, en mi caso, tiene una potencia de transformación social muy importante. Entonces, con mi socio, creemos que el conocimiento académico podría tener mucha mayor incidencia o debería de tener mayor incidencia en la sociedad, pero a veces falla mucho la comunicación. Desde ahí veo a la ilustración.
Tu trabajo está exhibido en las redes sociales, ¿cómo usas la plataforma para difundir los mensajes?
Tiene mucha incidencia, no es sencilla de hacer, pero sí sencilla de recibir y es, muchas veces, un primer contacto. Es una gran fuente de difusión, que puede ir acompañado de otras cosas. En realidad, creo que somos seres muy visuales, para nosotros las imágenes pesan muchísimo. Aunque hay muchos que creen que no, que solo importa el texto, pero realmente las imágenes tienen una gran puesta en nuestra vida cotidiana. Al utilizarlas, para mí, es hacer comunicación que tiene que ver con un cambio social y hay que verlas como una herramienta, como un arma pacífica.