El mínimo esfuerzo de los buenos hombres (Opinión 51)

Dicen que Sergio es un “buen padre”, un “buen hombre, muy trabajador”. Se levanta, va a trabajar, regresa en la tarde cansado, cena y se va a ver la tele. Laura, su esposa, además de cocinar la cena también trabaja… eso sí, no gana tanto como él.  

Es tan buen padre que incluso, algunas veces (más bien pocas) va a los compromisos de sus hijos, los lleva, los recoge y platica amablemente con otras mamás: es adorable. Aunque usualmente los lleva la madre para que él pueda disfrutar su tiempo libre… él es muy trabajador y necesita descansar. 

Laura está agradecida con que él esté en su vida, tanto que no se da cuenta de lo agotada que está todo el tiempo, lleva años cansada. Porque además de su trabajo de oficina, se encarga de recoger, limpiar, cuidar a los niños porque Sergio no lava trastes, no limpia, no plancha, no lava. Tampoco se encarga de las citas médicas, ni las reuniones de padres de familia. Mucho menos se esfuerza en atender las necesidades emocionales de sus hijos y al crecer. Las lágrimas, los miedos, el estrés… de todo ello se encarga Laura porque tiene más tacto“las mujeres tienen más tacto”.

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