Publicado originalmente en Opinión 51, 23 febrero, 2023
¿Alguna vez te han pedido propina quienes recogen la basura en tu calle? La razón es simple e indignante: algunas de estas personas no tienen salario.
Quienes recogen y limpian nuestras calles tienen un papel fundamental en el funcionamiento de la ciudad, una que produce al día 13 mil toneladas de basura. En términos de salud pública, su trabajo es indispensable al tratarse de la higiene de nuestro entorno: cuidan nuestra salud y bienestar. Sin embargo, en la Ciudad de México viven condiciones tremendamente injustas.
Todos los días una de las ciudades del mundo, miles de personas comienzan su jornada a las 4 am para que, cuando el primer rayo de sol toca el pavimento, las calles amanezcan barridas. No es un trabajo fácil y como todo trabajo de limpieza, es una labor esencial que a veces damos por sentado: es un trabajo que solo se nota cuando no se hace.
Sin prestaciones, sin seguro social, sin aguinaldo, sin contrato, más de 10 mil personas “voluntarias” se encargan de hacer habitables nuestras calles. Se ponen en riesgo al recoger deshechos que pueden ser tóxicos o peligrosos y no solo eso, también pagan por su equipo: su uniforme, su escoba, sus tambos, sus guantes.
Sin contrato, hacen el mismo trabajo que quienes sí tienen una relación laboral formalizada con el gobierno de la Ciudad de México (que a su vez reciben un salario muy bajo y eso tampoco es justo), de este modo, podemos decir que realizan un servicio público que la ciudad aprovecha pero no remunera, utiliza pero no reconoce.
Al día, entre las propinas y tras vender materiales que pueden llevar a centros de reciclaje como el pet, el cartón o las latas, llegan a juntar alrededor de unos 150 pesos. En este sentido, estos trabajadores también ayudan a la ciudad a procesar el material: tienen una labor en la cadena de reciclaje.
Después de lo que hemos aprendido tras el COVID 19, en el que quedó en evidencia la importancia de reconocer los trabajos de cuidados, es sorprendente e indignante que estas sigan siendo las condiciones de las personas que son indispensables para el funcionamiento de nuestra ciudad. Esta injusta situación debe de parar y nos corresponde poner atención como sociedad para que las cosas cambien, son trabajadores indispensables y merecen, como mínimo, derechos básicos. No podemos voltearnos para evitar ver la realidad. Se “rifan” por la ciudad.
Si quieres saber más al respecto del tema recomiendo este episodio del podcast Derecho Remix
Y el documental Lxs Rifadxs de la Basura